Al filo de la medianoche de este pasado martes, cerca de las 11:45 p.m., la diva de la canción pop Mariah Carey arribó a Puerto Rico para disfrutar en suelo boricua de unas vacaciones durante la Semana Santa.
La cantante de potente voz y agudos registros lució a su llegada un vestido negro, corto y revelador, gafas oscuras y su melena alborotada con rizos al natural.
Aunque su salida requirió algunos arreglos y logística, al final, y fuertemente custodiada, Carey abordó un lujoso Porsche negro que aguardaba por ella, momento en el que pudo ser captada por el lente de Cámara Ready, ante el cual se mostró afable y simpática.
Carey, conocida por sus lujos y extravagancias, llegó con un extenso séquito que incluyó dos guardaespaldas personales, quienes la custodiaban celosamente; su asistente, una maquillista, una vestuarista y personal especializado para cuidar de sus tres mascotas, Jack Jack, Cha Cha y Dolomite, que fueron los primeros en bajar del jet privado que trajo a la diva a Puerto Rico.
Su escolta y comitiva, incluía, además, algunas amistades y familiares que requirieron para su transportación tres limusinas negras suburbanas y una van para su extenso equipaje. La cantante fue transportada junto con sus dos guardaespaldas en el lujoso Porsche deportivo color negro con los cristales ahumados que la esperaba justo a la puerta del hangar.
La ex esposa del ejecutivo discográfico Tommy Mottola (ahora esposo de Thalía) no vino con su actual cónyuge, Nick Cannon.
Incluso, aquí se le vio a finales de los años 90 junto al cantante Luis Miguel, con quien sostuvo un tórrido romance.
A finales de esa década, Carey también participó de un proyecto fílmico en el antiguo Casino de Puerto Rico, ahora Centro de Recepciones en el Viejo San Juan.
Fuente: Primerahora.com
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